Se trata del razonamiento que se utiliza para demostrar o probar una proposición o para convencer a otra persona de aquello que se afirma o se niega; El argumento es la expresión, ya sea oral o escrita, de un raciocinio. La argumentación es una práctica diaria, Cada día tomamos decisiones y todo es por una razón, cuando damos esas razones y explicamos el porqué pensamos así, estamos haciendo una práctica argumentativa. Pero claro, es algo más complejo que eso.
Saber argumentar, tiene una gran importancia a la hora de relacionarnos e interactuar con los demás. Cada vez que hablamos, cada vez que comunicamos, nuestra intención es dar una información, es indicar o decir qué queremos, qué nos parece bien, con qué estamos de acuerdo, cuáles son nuestras opiniones. Un buen comunicador es aquél que es capaz de decir con las palabras precisas aquello que quiere comunicar. Y esto se obtiene teniendo competencia en varios campos, como son la gestión de la situación, la capacidad de empatizar, poder analizar y evaluar situaciones, lectura de conductas y comportamientos, entre otros y, cómo no, utilizar las palabras correctas y en la forma adecuada.